- ¿Qué bebida me has ofrecido? - preguntó el caballero
- Es vida - le dijo el mago, sonriendo
- ¿Vida?
- Sí. ¿No te pareció amarga al principio y, luego, a medida que la degustabas, no la encontrabas cada vez más apetecible? - el caballero asintió, y los últimos sorbos resultaron deliciosos
- Tienes razón
- Eso fue cuando empezaste a aceptar lo que estabas bebiendo. La vida es buena cuando uno la acepta. Las cosas hay que aceptarlas tal como son, simplemente porque son así
Nada más por decir
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